BOLOGNA. Doce y veintiocho de la noche. Luther despliega un mapa de la ciudad sobre la mesa y señala con rotulador negro. Un minuto después varios chicos y chicas abandonan el garaje y se alejan. Él los saluda, se asegura de que los teléfonos funcionan, selecciona el primer disco y espera. A las doce y media conecta el micro:
Su voz vuela sobre los tejados de la somnolienta Bolonia. Ahora la ciudad no duerme, ni come, ni estudia, ni baila: escucha. Los estudiantes de otras ciudades se acurrucan en sus tugurios de renta alta para escuchar.
[...] Las bandas de garaje dejan los instrumentos y toman una copa para escuchar. Chicas y chicos recorren la ciudad en bicicleta escuchando el programa con cascos para poder llegar a los lugares que marca Luther. Todos escuchan esa voz que dice:
-Aquí llama la primera patrulla de deriva... ¿Dónde estáis?"
EL ASALTO DE "RADIO BLISSETT" por Gabriele Romagnoli
Su voz vuela sobre los tejados de la somnolienta Bolonia. Ahora la ciudad no duerme, ni come, ni estudia, ni baila: escucha. Los estudiantes de otras ciudades se acurrucan en sus tugurios de renta alta para escuchar.
[...] Las bandas de garaje dejan los instrumentos y toman una copa para escuchar. Chicas y chicos recorren la ciudad en bicicleta escuchando el programa con cascos para poder llegar a los lugares que marca Luther. Todos escuchan esa voz que dice:
-Aquí llama la primera patrulla de deriva... ¿Dónde estáis?"
EL ASALTO DE "RADIO BLISSETT" por Gabriele Romagnoli